Análisis periodístico

Jovenes periodistas

jueves, 20 de enero de 2011

“Podría haberme hecho millonario de no publicar mis investigaciones”

El periodista Melchor Miralles, responsable de la investigación que destapó el ‘caso GAL’, se confiesa.

PREGUNTA- ¿Cuál es tu percepción sobre el nivel periodístico actual en España?
RESPUESTA- Es un momento complicado. El periodismo no pasa por sus mejores momentos. Se unen por un lado un problema de los medios en general en el que están buscando reinventarse como consecuencia de los avances y las modificaciones de los códigos en el universo de la comunicación, los nuevos medios, las redes sociales…Ese proceso de reinvención, a los grandes medios, les está llevando tiempo y, a su vez, percibo un sector en crisis a causa de la situación económica, de la precariedad del empleo y que esté marcado por el interés de las empresas privadas, el servilismo ideológico de las públicas a los partidos gobernantes, tanto en la estatal como en las autonómicas.
P- ¿Por qué debe ser necesario el periodista en la sociedad actual? ¿Qué puede aportar un periodista?
R- El periodismo ciudadano no solo no sustituye a los periodistas, si no todo lo contrario. Se están abriendo nuevos horizontes para los profesionales, pero el trabajo de los periodistas es insustituible. Una cosa es la expresión de las opiniones de cada uno. Me parece fantástico que a través de la red cada uno pueda expresar su opinión en sus blogs, en los de otros…Unos llegan a más gente, otros a menos, pero la gente se puede expresar en libertad. Otra cosa es la información. Los periodistas, cuando trabajamos, antes de hacer uso de nuestro derecho a la libertad de expresión, somos los intermediarios de un derecho que no es nuestro: el derecho constitucional de los ciudadanos a recibir información, recibida a través de los periodistas, quienes pueden obtener más información y fuentes, por lo que el trabajo del profesional es insustituible. Hay un asunto palmario. El propio responsable de Wikileaks, que puso a parir a los periodistas, tuvo que suministrar su información y sus documentos a los grandes medios, que han hecho un gran trabajo. Ese trabajo de recibir esa información, derivarla, valorarla, contextualizarla, completarla, apoyarla con opiniones y análisis, es un trabajo periodístico a partir de una documentación que aporta un señor que no es periodista.
P- ¿Qué es el periodismo de investigación para ti?
R- La expresión “periodismo de investigación” nunca me ha gustado, y es de uso común. Todos los periodistas deberían de investigar. ¿A qué llamamos periodismo de investigación? Pues, al periodista que tiene la fortuna o el bien de trabajar en una empresa periodística que tiene las ganas de dotar de medios económicos, materiales y de tiempo, y liberar a un periodista de su tarea del día a día, para poder dedicarse a investigar asuntos. Y los asuntos que trata este tipo de periodismo son trascendentes, de interés de la opinión pública. Hay alguien poderoso interesado en que no se sepa. Por ellos, las fuentes son importantísimas para esas empresas y los periodistas que trabajan por su cuenta, como puede ser mi caso actualmente, para elaborar reportajes e informaciones. Yo creo que todo periodista debería investigar. El periodismo de investigación es muy implicado. Hay muchos temas en los que no avanzas, y terminas por dejarlos, y otros en los que avanzas pero no puedes contrastarlo para publicarlo.
P- ¿Qué cualidades deben diferenciar a un periodista de investigación sobre el resto?
R- A parte de las obvias de cualquier periodista, la principal, a parte de una honradez a prueba de bomba y tener claro que el periodismo es un fin en sí mismo y no un medio para conseguir nada, y que la información no nos pertenece a los periodistas, si no a los ciudadanos, por lo que no se puede comerciar con ella. Yo podría haberme hecho millonario de no publicar historias, dedicándome a no hacer públicas mis investigaciones. Yo creo que la principal cualidad es la tenacidad. A veces es agotador estar detrás de un tema mucho tiempo y hay gente que tira la toalla. Hay una cita muy interesante que dice que el periodismo de investigación es: “tocar cien veces a una puerta, que te la cierren las cien veces, y no desistir hasta que te la abran”. El sentido común, la sangre fría…esto no es como una película de James Bond ni Cocodrilo Dundee. No se trata de una aventurilla. Tiene momentos maravillosos y algunos complicados y durísimos.
P- ¿Qué te llevó a dedicarte al periodismo de investigación?
R- Yo soy un periodista vocacional. Desde pequeñito quería dedicarme a esto, me gustaba. Gracias a un poquito de suerte y a mucho trabajo, lo conseguí, y relativamente pronto. Empecé muy joven en Diario 16 y comencé a hacer investigación muy pronto. En ese sentido me considero un afortunado. Es una tarea enormemente compleja que aporta muchas alegrías cuando consigues un éxito. Pero, también, por cada historia que he sacado ha habido cinco que no he podido sacar. Hay historias que no he publicado que, aunque yo tenga la certeza de que son ciertas, no tengo posibilidad ninguna de probar nada de lo que tengo.
P- ¿Cómo es la situación concreta del periodismo de investigación?
R- Más delicada. Como consecuencia de la situación actual de las empresas periodísticas, no es sencillo. Yo tengo una impresión. Tampoco hay tantos periodistas interesados en este ámbito porque el periodismo de investigación es complicado, frustrante, hay que ir con mucha paciencia y dedicar muchas horas. No vale ser un periodista con espíritu funcional. Un periodista que quiera tener un horario fijo no se puede dedicar a esto. Es un momento complicado, sin duda.
P- ¿De qué manera han influido las nuevas tecnologías en el periodismo de investigación?
R- Te posibilitan el acceso más rápido a muchas informaciones, unos contactos que antes eran más complicados, facilitan el acceso a las fuentes y un trabajo muy importante: ahora tienes en un ordenador, en una pantalla, toda tu documentación, tus archivos, el acceso a servicios de documentación propios, de la empresa en la que trabajas, la consulta online de archivos públicos…Las posibilidades tecnológicas han abierto un campo que ayuda y facilita la labor. Ahora, la clave del periodismo de investigación, como de cualquier actividad periodística, son las fuentes de información. Un periodista con buenas fuentes, con más o menos tecnología, cosechará éxitos profesionales.
P- ¿Cuál es tu mecanismo para verificar que una fuente y una información son veraces? ¿Tienes alguna máxima a la hora de investigar un tema?
R- Hay un principio que es elemental: contrastar la información, al menos, a través de dos fuentes de información. Dependiendo del asunto, del tipo de tema que estés tratando, es imprescindible algún documento o testimonio. No vale con tener la certeza. Hay que tener pruebas documentales, testimonios.
P- ¿Cómo suele encenderse la chispa que desencadena en un reportaje de investigación? ¿Iniciativa propia, interés personal o del editor, filtración, casualidad…?
R- Hay de todo. Mi experiencia profesional me dice que yo he tenido temas que te interesan porque hueles algo o ves una noticia que te llama la atención, y tiras un hilo y lo encuentras. Otras veces te llega la noticia. A través de una fuente tuya o te cuentan una historia. Otra posibilidad son las evidentes, los temas que se ponen encima de la mesa y es evidente que hay que investigarlo. Por ejemplo, el ‘caso GAL’, al que yo dediqué tanto tiempo y con tanto éxito, era un tema que estaba encima de la mesa. Era querer investigarlo, tener fuentes y estar dispuesto a asumir los costes que llevaron la investigación. Hay de todo. Pero, insisto, si no tienes buenas fuentes y saber trabajar con ellas y hacer bien tu trabajo, es imposible.
P- ¿Recuerdas alguna anécdota, algún comentario, que haya dado pie a alguna investigación importante tuya?
R- Recuerdo muchísimas, pero hay cosas que no puedo contar. En muchas ocasiones las grandes noticias surgen de casualidades, de cosas inesperadas absolutamente. En mi experiencia, grandes investigaciones surgen de ‘tonterías’ que no esperas que sean tan trascendentes. Para este tipo de periodismo hay que tener una sensibilidad especial, un olfato.
P- ¿Cuáles son los principales problemas que se encuentra un periodista a la hora de comenzar la investigación? ¿De qué forma presiona y coacciona la investigación los principales poderes?
R- De múltiples formas. Yo las he padecido. Desde las amenazas directas y explícitas al medio o al periodista, hasta el espionaje ilegal. Fui víctima de un personaje ilícito por parte del CESID ordenado por el Gobierno. Presenté una querella, a la que se sumaron después muchos otros. Fueron expulsados de este organismo el máximo responsable. Nos presionaron amenazándonos con quitarnos la publicidad. Desde el poder económico utilizan la coacción vía ingresos publicitarios. En el terreno de las acciones delictivas, están las amenazas físicas. Yo jamás he accedido a una presión. He tenido la suerte de haber tenido directores que han apoyado mi trabajo
P- ¿Has sentido miedo o que podía peligrar tu vida en alguna investigación?
R- Sí, muchísimo, en muchas ocasiones. Yo soy la antítesis del valiente. Hay profesiones que conllevan un riesgo: el bombero sabe que puede morir quemado, el policía que va a detener a un terrorista sabe que puede morir, el piloto de fórmula 1 sabe que se juega la vida en cada curva. El que se dedica a ello, lo sabe. Yo no podría ser reportero de guerra. Es un tipo de presión distinta. Yo paso miedo, y mucho. Porque me han agredido junto a tres compañeros; me dieron una paliza un grupo de etarras en Francia. Yo he estado amenazado y en dos ocasiones ETA ha intentado matarme. Son cosas desagradables. He recibido amenazas de organizaciones mafiosas. Cómo no voy a tener miedo. Pero es un sentimiento que el ser humano que tiene que controlar y gestionar adecuadamente. A mí el miedo nunca me ha hecho no cumplir con mi obligación y echarme para atrás, ha supuesto un estímulo para cumplir con mi obligación. Quizás tengo la suerte de saber gestionar mi miedo.
P- De entre todos los caso que ha destapado (Caso GAL, Batallón Vasco Español, ETA y su entorno, Filesa, caso Roldán, narcotráfico, tráfico de armas, tráfico y compraventa de órganos…) ¿Con cuál te quedarías y por qué?
R- Inevitablemente con el ‘caso GAL’. Es al que más tiempo he dedicado y el que más trascendencia ha tenido. Quedé muy orgulloso que saqué de la parte Filesa, que también fueron muy trascendentes. Pero he hecho muchas cosas en mi vida. Un reportaje que hicimos sobre el tráfico de armas internacional, que para mí fue un orgullo. También uno con El Mundo TV que desenmascaramos una banda que se dedicaba a la trata de blancas. Estoy muy contento con todo lo que he hecho.
P- ¿Qué supuso personal y profesionalmente para ti destapar el caso GAL?
R- Una gran satisfacción. Profesionalmente fue un gran éxito que llevó muchos años y momentos muy duros por todo lo que publicamos. La Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo ratificaron la veracidad de todo lo que publicamos. Eso es un orgullo profesional. Y también personal en el sentido en que contribuimos al conocimiento de la opinión pública de un hecho de los más graves de la historia reciente de España: cómo desde un Gobierno democrático se financió y organizó un grupo terrorista para combatir a los terroristas, que acabó con la vida de 30 persona, y saqueó las arcas públicas en beneficio propio. Sinceramente, estoy muy orgulloso de desenmascarar a estas personas
P- ¿Cuántos problemas judiciales has tenido a lo largo de tu carrera a causa de tus investigaciones como periodista? ¿Has recibido alguna condena?
R- He tenido muchísimos problemas. He recibido muy poquitas condenas, en relación con el tema tan polémico de la utilización de la cámara oculta. Una mujer que se hacía pasar por médica e introducimos una cámara oculta para grabar la consulta. EL juez consideró que era de interés público pero que habíamos grabado dentro de un espacio privado y nos condenó a pagar 6.000 euros. En general, muy poquitos asuntos, y todos relacionados con la cámara oculta.
P- ¿Qué opinión tienes sobre el secreto profesional de un periodista en España?
R- Es un deber. No protege a los periodistas, protege a los ciudadanos, a la fuente. Si no hay ese respeto a las fuentes, no hay periodismo. El problema está en que no está desarrollado, y debería hacerse. Yo no es que tenga el derecho, tengo el deber ante jueces. Cuando me han reclamado, me he acogido a mi deber de guardar ese deber del secreto profesional.
P- ¿Vale todo en el periodismo de investigación?
R- No hay ninguna actividad en la vida en la que valga todo.
P- ¿Pagaría por cualquier tipo de información?
R- Sí, he pagado. Nunca lo he hecho a cambio de un documento o una información, pero sí a personas que me han facilitado mucha información y que han tenido que emplear mucho tiempo y trabajo para conseguirla. En el momento que me facilitan esa información, hay que hacer un trabajo de comprobación, de ver si es veraz y de ampliarla. Las personas que me han ayudado a esa tarea, han cobrado. Si tengo una persona que está junto a mí, creo que esas horas que me dedica debo remunerársela. Lo que no he hecho nunca es “te doy un documento, dame tanto”. Dicho esto, tampoco se me ha planteado nunca. Si me viera en esa tesitura…pues depende. No lo sé. Pero esta cosa de “es que han pagado a no sé quien” ¿Y? ¿Y? ¿Cuál es el problema? En función del tiempo que dediques, le pago más o menos.
P- En este momento en el que ha aparecido un comunicado de ETA declarando un alto el fuego temporal, ¿pagaría a la banda terrorista por obtener algún tipo de información y documento esencial para una posible investigación sobre el fin de la banda?
R- Es muy difícil el “tú qué harías en esta u otra situación”. Pues, depende de las circunstancias, del momento, de quien sea el interlocutor… No soy partidario del “de esta agua no beberé”. No lo sé. Se me ocurren escenarios en que podría hacerlo y otros en los que claramente no. Pero es imposible saberlo. Mi experiencia me dice que cuando crees que harías una cosa de una forma, luego llegas a hacerlo y es totalmente distinto. No me gusta ese juego del “tú qué harías”. Obviamente no mataría, no robaría. No tengo ni idea. Pero se me ocurren escenarios en los que sí.
P-¿Deseas volver a la primera línea del periodismo de investigación?
R- Ahora mismo estoy trabajando en otras circunstancias, como autónomo. De esta forma las cosas cuestan más, llevan más tiempo y tienen más complicaciones. Es distinto. Los medios son más limitados. Puede que en un año no saque nada y después saque una historia buena. Pero no hecho nada de menos. Me considero una persona súper afortunada. En cada momento de mi vida he hecho lo que me ha gustado. Ahora mismo dedico parte de mi tiempo a mis actividades y otra parte a investigar cosas.
P- ¿Tienes ahora mismo alguna investigación entre manos?
R- Tengo varias.
P- ¿Alguna pista sobre dónde van los tiros?
R- Por supuesto que no (risas). Pero es complicado. No es lo mismo que estar dentro de una empresa periodística. Pero también me marco yo mis tiempos y mi presión.
P- ¿Tendremos noticias de Melchor Miralles a corto medio plazo?
R- Eso espero.

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